domingo, 27 de enero de 2008

El canto en la montaña

Esta noche estaba cenando en el patio, disfrutando de una hermosa noche de verano, cuando escucho a lo lejos un coro masculino, interpretando cantos de tipo gregoriano. La brisa nocturna, la tranquilidad de la noche y el coro a lo lejos, me hizo recordar a los monjes cistercianos de Jarabacoa.
Jarabacoa, es un "pueblo" ubicado en una de las montañas de República Dominicana. Digo "pueblo" porque urbanísticamente así lo es, aunque tenga un población estable de más de 35 mil habitantes y una flotante durante los fines de semana o en vacaciones, sumamente importante. A 700 metros sobre el nivel del mar, Jarbacoa es un pequeño paraíso donde "siempre es primavera". Clima ideal, paisajes hermosos, ríos y cascadas y gente maravillosa. Viví allí un poco más de dos años, realmente un lugar para quedarse. Y enclavado en uno de esos cerros, se encuentra un retiro de monjes cistercianos. La Orden del Císter es una orden religiosa fundada por Roberto de Molesmes en 1098, en Citeaux, cerca de Dijon, Francia. Se les llamó los "monjes blancos" por el color de su hábito, en oposición a los "monjes negors" que eran los benedictinos.
Dedicaron su vida al trabajo manual y a la contemplación ascética, poniendo en práctica el lema benedictina "ora y trabaja".
Si hubiera de definirse el estilo constructivo cisterciense con un solo vocablo, este sería “austeridad”. Precisamente en el origen de la orden estaba la denuncia de la suntuosidad de Cluny y, por oposición a ella, la adopción de la sencillez y la sobriedad en todos los aspectos de la vida monástica; también, por supuesto, en las edificaciones abaciales.
Volviendo a Jarabacoa y a los monjes, los domingos a las 9 de lamañana en la pequeña iglesia en la montaña, se ofrecía la misa. Venía gente de todos lados, inlcuso de Santo Domingo para escuchar la dulce voz de estos monjes, ya que la misa era entermente cantada. Un placer para los oídos y el espíritu.
Como dicen los jarabacoenses: "Dios está en todas partes, pero duerme en Jarabacoa".

1 comentario:

Unknown dijo...

Excelente lo que dices, de los monjes es bello, increible lo que nos cuentas y saber que, desde que uno " entra " al monasterio y su ambiente, le rodea ess paz que ellos transmiten, un silencio tan divino y tan propio de la paz, no hay forma de describir esa sensación, y de Jarabacoa en su conjunto es la mejor exposición de la naturaleza y sus consecuencias, nadie como tú para hacerlo, en mi caso, recordar la paz, y de los que no la conocen, llegar a ella, creo que es un deber de todo dominicano tocar ese regalo de Dios, y para los que nos visitan, conocerla, y si es posible, la maravilla de sus gentes.