miércoles, 16 de mayo de 2012

EL BAILE DE LA ESPERANZA



El vintén bailarín gira y gira sobre la mesada hacia un lado, luego hacia el otro, se endereza y continúa con su sinuosa danza. Sigo muy atenta su bailoteo y pienso, más que eso, ruego : "Que se detenga en número así me evito lavar los platos".

Sandra Arévalo

ES TODO LO QUE QUEDA



Todo es gris como el polvo que cubre los muebles. Por la ventana una luz insignificante se filtra por el único harapo que cuelga y que en otros tiempos cubría todo el ventanal con su vaporosa e inmaculada presencia. Esto es lo que queda, un simple pedazo de trapo ondeante frente a la escasa brisa que apenas lo hace danzar sin gracia alguna.
Frente a la ventana, un hogar en piedra que supo estar pulida y que hoy no cobija a nadie con su calor. En el otro lado de la habitación se destaca un retrato a lápiz de un hombre joven que mira con sus ojos también grises este ambiente sin vida en que ha quedado convertida la sala que supo ser la más concurrida en épocas dela abuela.
Vuelvo a mirar la ventana de vidrios destrozados y la luz de la tarde ya se esfuma para dar paso a la noche con sus otras tonalidades. El resto de cortina permanece ahora estático, ajado y sin gracia, como adaptándose a las horas de quietud que se avecinan.

Sandra Arévalo